Un viaje que te brindará la oportunidad de entrar a templos milenarios en donde la historia de un país se mezcla con los entresijos más inverosímiles de los antiguos faraones y dioses egipcios
Ni el mejor documental de historia sobre Ramsés II, ni cualquier gran producción de Hollywood ubicada en Tebas, podrá compararse con la experiencia de un viaje a Egipto. Observar en primera persona los restos, increíblemente conservados, de una de las civilizaciones más emblemáticas de la humanidad es un sueño para cualquier amante de la historia, la arqueología, el arte y las leyendas.
Antes de arrancar nuestro viaje, cabe mencionar que la forma más cómoda de visitar los múltiples monumentos de Egipto, esparcidos por todo su territorio, es a través del Nilo. A bordo de un crucero recorrerás kilómetros del río más largo del planeta. Atravesando este oasis en mitad del inmenso desierto, irás realizando paradas que serán toda una aventura.
Primeras paradas de tu viaje a Egipto y el Templo Lúxor
Ahora sí, podemos comenzar. Y que mejor punto de partida que el templo de Karnak, en donde observar las grandiosas columnas y sus magníficos grabados es todo un espectáculo. En el templo de Luxor contemplarás las estatuas faraónicas mejor conservadas de esta primera etapa del viaje. En este yacimiento, la llamada Avenida de las Esfinges te dará un leve adelanto de lo que queda por ver.
Una parada indispensable será el mítico Valle de los Reyes, un lugar lleno de misterio en mitad de la nada, donde efectivamente te adentrarás en las tumbas de algunos de los faraones más populares. Entre tanta visita recuerda que volverás a la motonave (pequeño crucero que hace el recorrido a través del río) donde recomendaría degustar los platos típicos del país. También podrás descansar y reponerte para un nuevo día de excursiones.
El siguiente punto de nuestro recorrido es Medinet Habu, cuyos jeroglíficos y muros te trasladarán a un pasado antiquísimo. Recordarás sin duda la majestuosidad del templo de Horus. Su interior, lleno de luces y sombras, hará que te sientas como un auténtico explorador. Para el día que llegues al templo de Kom Ombo es muy probable que recuerdes las principales idas y venidas de los dioses más adorados. Ten por seguro que, aunque ya estés familiarizado con algunas figuras representadas en los muros, siempre habrá algo nuevo por descubrir. Gracias a tu guía conocerás de los increíbles conocimientos científicos y medicinales que ya existían en la época del Antiguo Egipto, además de los estilos de vida de la sociedad de la época. Si te interesa, muy cerca de este último templo también podrás ver las primeras momias del viaje, que en este caso se trata de un grupo de cocodrilos.
El Cairo, Necrópolis de Guiza, pirámides y mucho más
La mañana que visites el colosal templo de Abu Simbel creerás que estás yendo a un lugar remoto. Este emplazamiento no solo te impondrá por su grandiosa fachada, sino también por su hallazgo e increíble reubicación. Por su parte, el templo de Philae, dedicado a la diosa del amor Isis, es uno de los más bellos del país. Su localización en una pequeña isla (a la que solo se puede acceder en barco) le aporta un especial encanto. Y si tienes la oportunidad, podrías incluso dar un paseo en el típico velero egipcio denominado faluca. Desde esta embarcación admirarás una panorámica del mausoleo del Aga Khan.
En la parte final del viaje, dejarás atrás la motonave que te ha estado acompañando y será entonces cuando vueles hasta El Cairo. Por supuesto, no podrás abandonar Egipto sin haber antes visitado la Necrópolis de Guiza. En este emblemático lugar se ubican las icónicas pirámides de Keops, Kefrén, y Micerino. Aquí, los más valientes podrán adentrarse en el interior de alguna de las pirámides y conseguirán dar respuesta a todos los enigmas que estos inmensos monumentos les han planteado desde siempre. Y, por supuesto, no muy lejos se sitúa la inolvidable Gran Esfinge de Guiza. Escuchar su historia y métodos de conservación te fascinará.
En el último tramo de tu viaje, verás uno de los monumentos más contemporáneos: la Mezquita de Muhammad Alí, comúnmente conocida como la Mezquita de Alabastro, por el material que impera en su fachada. Y finalmente, el Museo de Arte Egipcio de El Cairo te mostrará, entre infinidad de reliquias y restos, el que es con total seguridad otro de los imprescindibles del viaje: la máscara y el sarcófago de Tutankamón. No podrás dejar de admirar su nivel de detalle y riqueza. Aprovecha y conoce toda la historia detrás de esta y otras figuras presentes en el edificio. Además, verás alguna que otra momia e innumerables tesoros arqueológicos.
Por todo esto y mucho más Egipto es, en definitiva, un destino fundamental en tu lista de viajes pendientes. Una aventura que te deja huella para siempre. Una odisea intensa que sin duda merece la pena. Cuando vuelvas a casa con las maletas llenas de recuerdos, concluirás que este viaje hay que vivirlo al menos una vez en la vida.